Internet no es sólo “Mis contactos”
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Hace poco he leído un artículo muy interesante donde se ponía a debate la canibalización de las redes sociales como medio de interacción, en detrimento de la vida real, remarcando, en este caso, sus inconvenientes.
Facebook, Twitter, Tuenti, MySpace, Badoo, Skooza, Windows Live…la lista de plataformas sociales es interminable. Unas perduran y se hacen más fuertes y otras se quedan por el camino.
Pero por ese camino no solo se cierran redes sociales y empresas encargas de gestionarlas. Se ¿pierden? miles de datos de un valor incalculable sobre nuestros gustos y aficiones, ritmos de vida, ideologías políticas y religiosas, secretos o cualquiera otra cosa que se os ocurra que, mal utilizado, puede acarrearnos desagradables consecuencias.
¿Qué uso le damos a las plataformas sociales? Desde Marketing-10 os planteamos un uso empresarial, como forma de alcanzar nuevos objetivos empresariales. Pero, fuera de lo que sería nuestra empresa, ¿somos conscientes del uso que damos a este tipo de redes?
Añado lo que leí hace poco en una revista especializada en informática sobre consejillos para “echar cerrojos” a nuestra visibilidad en la red. Y es que, sin darnos cuenta, compartimos contenidos entre mucha más gente de la que pensamos (y obviamente, no conocemos).
Aparte de cómo entretenimiento y chismorreo (soy de los que me incluyo que entro en Facebook para curiosear el 95% de las veces), ¿Cuáles son sus funciones productivas? ¿Trabajamos con Facebook o Twitter para nuestra empresa? ¿Es Facebook un buen sitio para buscar consejos sobre arreglar una tubería o alquilar un coche en el valle del Jerte?
No sé si me entendéis hasta donde quiero llegar. Me estoy centrando en la pertinencia y utilidad de lo que vemos, usamos y, sobre todo, compartimos por las plataformas sociales.
Si yo digo que mañana me marcho a las Islas Fidji a través de Tuenti, ¿quién me garantiza que un ladrón no pueda acceder a esa información e intentar desvalijar mi casa durante mi ausencia?
Nos estamos olvidando de la trascendencia que tienen nuestros movimientos en la red de redes. No se trata de contar lo que hacemos a la vecina del quinto o enseñarles una foto de la última borrachera a nuestros amigos. El poder de difusión de Internet puede situar nuestras fotos a miles de personas en tan solo un clic o dejar un valioso rastro de información a personas amigas de lo ajeno.