El peligro de las “buenas ideas”
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Seguro que alguna vez has oído a alguien decir: “mira, tengo una idea que va a ser la bomba”. Si es así, desconfía. Casi todo el mundo cree que tiene recetas mágicas para resolver los problemas del mundo tan sólo si les dieran una oportunidad.
Como emprendedor, cada día tienes que “inventar” nuevas ideas para relanzar tu negocio y “sacarte las lentejas”. Algunas vienen de tu imaginación y otras llegan a través de hablar con otras personas. ¿Qué hace que una buena idea no tenga sentido? La reflexión que sigue a ese “chispazo imaginativo”. O mejor dicho, la falta de reflexión sobre las posibilidades reales de esa idea.
A veces te encontrarás con personas que te dirán lo siguiente: “tengo una idea que va a hacernos ricos”. La siguiente pregunta –normalmente- desmontará su “fabulosa idea”: ¿cómo vas a hacer para llevar a cabo tu idea?”
Si no puedes afrontar esta pregunta, entonces tu buena idea no lo es tanto. Es más importante la reflexión sobre la viabilidad de esa idea que la idea en sí. Si eres capaz de responder a esa pregunta, cuidado, puede que tengas una buena idea.
Muchos emprendedores aprenden esta lección por las malas, es decir, terminan gastando valioso tiempo y dinero en ideas de las que al final terminan dándose cuenta de que no eran tan buena o les falta mucha viabilidad.
El mejor consejo para la gente que quiere comenzar un nuevo negocio es olvidar las buenas ideas y comenzar considerando las posibilidades reales de esas ideas. Se realista. Por ejemplo, si has pasado los últimos cinco años trabajando en una pizzería, usa ese conocimiento para hacer la mejor pizza que jamás se haya creado. Entonces, empieza a probar con nuevos ingredientes y combinaciones. Haz de tu creación algo realmente único (pero parte de la realidad que mejor conoces).
Antes de imaginar esa buena idea que va a hacerte rico, comienza mirándote a los ojos. Mírate y piensa si esa idea es viable. Investiga sobre lo que ya sabes hacer y conoces sus verdaderas posibilidades, sus pros y sus contras. Puede que a partir de ahí, comiences a tener buenas ideas.