El olor, un eficaz mecanismo para cautivar al público.

Según un estudio realizado por la Universidad de Rockefeller (Nueva York), las personas recordamos:

• el 35% de lo que olemos.
• el 5% de lo que vemos.
• el 2% de lo que oímos.
• el 1% de lo que tocamos.

La memoria del ser humano es capaz de reconocer hasta 10.000 aromas diferentes, mientras que sólo puede retener 200 colores, según descubrieron los científicos Richard Axel y Linda Buck, Premio Nobel de Medicina en 2004.

Hasta hace poco, las empresas no se habían dado cuenta del efecto que produce un olor agradable en el cliente. La mayoría basaban su identidad en la imagen (logo, mobiliario…) y el oído (hilo musical, melodía de un anuncio de TV…). Pero, la sensación que puede evocar un olor es muy decisiva en el momento de compra y se puede asociar con los valores con los que la marca pretende ser identificada. Incluso se utiliza para mejorar el rendimiento y las condiciones del puesto de trabajo en las empresas.

Ante tales descubrimientos y en su anhelo de conocer qué motiva a los clientes, los expertos en marketing han convertido a las fragancias en una nueva técnica de marketing para seducir a los clientes.
Una tienda de cosméticos, cremas y aseo que huele a hierbas y flores, una tienda de bocadillos que sabe a pan recién horneado…conseguirán vender mucho más que tiendas que no tengan ningún olor especial. El secreto está en conseguir despertar o aumentar las sensaciones asociadas a la marca porque así los clientes alargarán su visita a la tiendas e incluso preferirán consumir sus productos antes que los de la competencia.

Esta tendencia tiene relativamente pocos años, pero cada vez son más las empresas que acuden a este tipo de marketing para reforzar sus ventas. Según datos de la pionera empresa de marketing olfativo Aromarketing, el 35% de las mil empresas más importantes del mundo han utilizado ya este recurso.
Actualmente, son los establecimientos de comida los que más utilizan esta herramienta del marketing: aroma a pan recién horneado o de café recién preparado han sido los primeros en utilizarse.

Tan grande ha sido la demanda de este tipo de servicio que, en EEUU, grandes marcas como Hard Rock Café, Nestlé y Coca-cola, entre otras, han probado este tipo de estrategias y han conseguido grandes resultados. También Disney, en sus parques de atracciones, da realismo a sus espectáculos con olor a goma quemada y pólvora, mientras que en las calles huele a palomitas para que a los clientes se les abra el apetito.

“El olfato altera las percepciones cerebrales y las emociones, influyendo en los deseos
Louann Brizendine